La expansión del islam

La expansión del islam

Resumen Breve

Este video de Academia Play describe los orígenes y la expansión del Islam desde el siglo VII hasta la caída de la dinastía Omeya. Se exploran las condiciones preislámicas en la península arábiga, la vida y enseñanzas de Mahoma, la rápida expansión del califato ortodoxo y Omeya, y las razones de su éxito. También se mencionan las divisiones internas del Islam y el surgimiento de las ramas chiíta, suní y jariyita.

  • Orígenes del Islam en la península arábiga en el siglo VII.
  • Expansión del califato ortodoxo y Omeya.
  • Divisiones internas del Islam: chiíes, suníes y jariyíes.

La Península Arábiga Antes del Islam

Antes del surgimiento del Islam en el siglo VII, la península arábiga se dividía en tres zonas principales: el norte, influenciado por el Imperio Romano de Oriente y aliado de los persas; el centro, dominado por nómadas y ciudades comerciales como La Meca y Medina; y el sur, conocido como Arabia Feliz, con ciudades costeras importantes para el comercio entre India y Egipto. Los árabes estaban organizados en tribus que a menudo guerreaban entre sí, y sus creencias religiosas variaban entre el cristianismo, el judaísmo y el animismo. Contrario a la imagen popular, los guerreros árabes de la época se asemejaban a los soldados romanos y persas, muchos de ellos sirviendo como mercenarios en sus ejércitos.

El Nacimiento del Islam y la Hégira

Mahoma, un comerciante de La Meca, comenzó su predicación en el año 610, alrededor de los 40 años, tras una visión. Predicó contra la impiedad y la corrupción de la élite de La Meca, proclamando a Alá como el único Dios y a sí mismo como su último enviado, siguiendo la línea de Abraham, Moisés y Jesús. Debido a la oposición en La Meca, Mahoma se vio obligado a huir a la ciudad de Yatrib, que luego se conocería como Medina, en el año 622. Este evento, conocido como la Hégira, marca el inicio del calendario islámico.

La Unificación de Arabia y los Cimientos del Islam

En Medina, las enseñanzas de Mahoma tuvieron éxito y fundó la primera comunidad de creyentes islámicos, la "umma", donde religión y estado estaban unidos. Antes de su muerte en 632, Mahoma logró unificar casi toda Arabia y conquistó La Meca en 630, convirtiéndola en la capital religiosa, mientras que Medina se mantuvo como la capital política. Durante este tiempo, se establecieron los cimientos de la nueva religión, incluyendo el Corán (palabra de Dios revelada) y la Sunna (tradiciones y sentencias atribuidas a Mahoma).

El Califato Ortodoxo: Expansión y Administración

Tras la muerte de Mahoma, se inició el período de los califas ortodoxos (632-661). Abu Bakr fue proclamado califa y derrotó a las tribus árabes que no se habían sometido al Islam. Bajo el califato de Omar, los musulmanes lograron importantes victorias sobre el Imperio Romano de Oriente, conquistando Siria (Damasco en 635) y Palestina (Jerusalén en 638). El general Amr ibn al-As ocupó Egipto en 642, fundando Fustat cerca de lo que sería El Cairo. Persia también fue conquistada, con la caída de su capital, Ctesifonte, en 638. Omar transformó el estado árabe en un imperio teocrático, organizando la administración en las tierras ocupadas y respetando las creencias religiosas de judíos y cristianos, quienes pagaban un impuesto especial.

Continuación de la Expansión y Asesinato de Califas

Uthman, yerno de Mahoma, gobernó del 644 al 656 y continuó la expansión, derrotando a los bizantinos en Egipto y lanzando campañas de saqueo en el norte de África. También se enfrentó a Constantinopla en el mar, saqueando Chipre y Rodas. Sin embargo, Uthman fue asesinado en 656 y reemplazado por Ali, también yerno del profeta.

La División del Islam: Chiíes, Suníes y Jariyíes

El nombramiento de Ali como califa no fue aceptado por todos, lo que llevó a conflictos internos. Trasladó la capital a Kufa en Irak, perdiendo Medina su importancia política. Muawiya, gobernador de Siria, no reconoció su autoridad, lo que resultó en un arbitraje que favoreció a Muawiya. Ali fue asesinado en 661, lo que provocó la división del Islam en chiíes (partidarios de Ali y sus descendientes) y suníes (devotos del Corán y la Sunna). También surgieron los jariyíes, quienes defendían que cualquier musulmán digno podía ser califa.

Claves del Éxito de la Expansión Islámica

En 30 años, el Islam se había expandido por toda la península arábiga, conquistando el Imperio Persa y arrebatando territorios a los romanos de Oriente, incluyendo Palestina, Siria, Egipto y la Tripolitania. Las claves de este éxito incluyeron el conocimiento de las debilidades de sus enemigos, la presentación de una alternativa a la corrupción, la unificación de las tribus árabes, y la explotación de las tensiones religiosas y fiscales en los territorios conquistados. Además, ofrecieron condiciones favorables a las ciudades que se rendían, respetando propiedades y creencias a cambio de un impuesto especial para los no musulmanes.

El Califato Omeya: Centralización y Expansión

Los Omeyas, una de las familias más poderosas de Arabia, accedieron al poder y centralizaron la administración en Damasco. Hicieron hincapié en el carácter teocrático del califa y se rodearon de un consejo de notables. El imperio Omeya era esencialmente árabe, con privilegios para los árabes sobre otros pueblos. Muawiya, quien gobernó del 661 al 680, trasladó la capital a Damasco y expandió el territorio hacia el este.

Consolidación y Máxima Extensión del Califato Omeya

Abd al-Malik derrotó a chiíes y jariyíes, restableciendo la unidad del imperio e impulsando la expansión por el norte de África, conquistando Cartago en 698 y fundando Cairuán en Túnez. Se creó un sistema monetario basado en el dinar de oro y el dírham de plata, y se estableció el árabe como idioma oficial de la administración. Bajo el califa Walid I, los Omeyas alcanzaron su máxima extensión territorial, conquistando la Transoxiana, la región del Indo y el reino visigodo de Toledo a partir del 711.

El Fin del Califato Omeya

El fracaso en el asedio de Constantinopla en 718, la detención de la conquista en el norte de Hispania y el sur de Francia marcaron el final del período clásico del Islam. Los problemas sociales y religiosos facilitaron la derrota del último Omeya, Marwan II, en 750. Abd al-Rahman escapó a Al-Ándalus y fundó el emirato independiente de Córdoba en 756. Los Abasíes sucedieron a los Omeyas, trasladando la capital a Bagdad y experimentando nuevos avances en África y Asia, aunque con retrocesos en la península ibérica.

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