Resumen Breve
Este sermón explora la historia de Sansón en el libro de Jueces, enfocándose en cómo perdió su consagración y unción, y cómo esto afectó su propósito y habilidades. Se destaca la importancia de la santidad, la visión espiritual y la dependencia de Dios para mantener la unción y cumplir el propósito divino. El mensaje central es que, a pesar de las caídas y errores, es posible recuperar la relación con Dios a través del arrepentimiento y la humildad.
- Sansón perdió su consagración, propósito, sensibilidad espiritual, unción y visión.
- La santidad es esencial para mantener la comunicación con Dios y el poder espiritual.
- El pecado debilita la relación con Dios y la unción.
- La presunción y la autosuficiencia son peligrosos y pueden llevar a la pérdida espiritual.
- Es posible recuperar la unción y el propósito a través del arrepentimiento y la humildad.
Introducción a la Historia de Sansón
El sermón comienza con la lectura de Jueces 13:5, que habla del nacimiento de Sansón y su destino como nazareo, dedicado a Dios desde su nacimiento para salvar a Israel de los filisteos. Se explica que Sansón nació por voluntad de Dios, quien se le apareció a su madre, que era estéril, y le anunció su nacimiento. Sansón es un nazareo, lo que significa que está dedicado a la obra de Dios y apartado para ella. Desde niño, el Espíritu de Dios se manifestó en él, dándole una fuerza sobrenatural. El propósito de su vida era salvar a Israel, y todas sus cualidades y dones eran para cumplir ese propósito.
El Propósito de la Unción
Se enfatiza que la unción y los talentos que Dios da tienen un propósito específico y no son para la exhibición personal. La unción que Dios da tiene un propósito y una razón, y ese talento es para algo y para alguien. Jesús fue enviado a sanar a los enfermos. Muchas personas han perdido la unción porque han perdido el propósito por el cual fueron ungidos. La unción puede venir para dar sabiduría, para inventar, para crear finanzas y oportunidades, pero siempre con un propósito.
La Pérdida de la Consagración
Sansón comete errores y pierde el poder de Dios y la unción que le daba fuerza e inteligencia. Sansón descuidó su verdadera fuerza, que era la consagración. Su fuerza no residía en sus moños, sino en su consagración. La palabra consagración para Sansón se relacionaba con que él era nazareo, y nazareo significa apartado, consagrado, príncipe, corona, dedicado a Dios y a su servicio. También implicaba abstención de vino, sidra y cosas inmundas. La santidad era su verdadero secreto de poder.
La Importancia de la Santidad
Se mencionan ejemplos bíblicos como Adán, Elí y Saúl, quienes perdieron su comunicación con Dios y su poder al perder la santidad. Adán perdió la visión espiritual y el acceso al mundo espiritual cuando perdió la santidad. El sacerdote Elí perdió el oído para oír a Dios y la visión para ver visiones por falta de santidad. Saúl perdió la presencia de Dios porque perdió la santidad al permitir que la envidia y el enojo se alojaran en su corazón. Sin santidad, no se puede acceder a una comunión real con Dios.
Las Pérdidas de Sansón
Se detalla lo que Sansón perdió al desobedecer a Dios: primero, su consagración, lo que le quitó la visión y lo desorientó en su llamado; segundo, olvidó su propósito de salvar a Israel; tercero, perdió la sensibilidad espiritual y dejó de percibir al Espíritu de Dios; cuarto, perdió la unción, lo que resultó en la pérdida de fuerza y habilidades. Cuando se pierde la sensibilidad al Espíritu, se opaca la unción. Fluir en la unción es interpretar la voluntad del Espíritu en el momento.
La Pérdida de la Visión
Después de perder la unción, Sansón pierde la visión, lo que lo lleva a dar vueltas sin dirección. El pecado opaca los ojos espirituales. Cuando se pierde la visión, se deja de valorizar las cosas del cielo para darle valor a las cosas de la tierra, y se deja de avanzar y fluir. Una iglesia que pierde la visión se entretiene solo en cosas temporales y trabajos sociales, en lugar de enfocarse en echar fuera demonios, sanar a los enfermos y predicar el reino de Dios.
Las Razones de la Pérdida
Se explica por qué Sansón perdió todo: dejó de consagrarse, relacionándose con prostitutas y comiendo comidas inmundas; olvidó su propósito de vida, que era salvar a Israel; y cayó en el pecado de la presunción, confiando en sí mismo en lugar de en Dios. El mayor error de Sansón fue la presunción, confiando en que se libraría como las otras veces. Es importante cuidarse para no caer en el pecado de la presunción y la autosuficiencia.
El Pecado de la Presunción
El apóstol Pablo advierte a Timoteo que tenga cuidado de sí mismo. Sansón, en cambio, confió en sí mismo, lo que lo llevó a perder todo. Pablo dice que todo lo que él hace es por la gracia de Dios. El pecado de la presunción está destruyendo a mucha gente en la iglesia. Es importante no tener un concepto más alto de sí mismo del que se debe tener.
La Restauración
A pesar de haberlo perdido todo, Sansón clamó a Dios y fue oído. Lo que levanta de cualquier caída es reconocer el error y clamar a Dios. Sansón perdió el tacto espiritual, los ojos, la visión, la unción y la santidad, pero no se olvidó de cómo recuperarla: volvió a Dios. Es una noche para dar la mano y no para poner el pie encima. Sansón le dijo a Dios: "Fortaléceme, devuélveme mis habilidades, dame mi fuerza, dame la unción, hazme ver otra vez, hazme oír otra vez".
El Llamado a la Humildad y la Confianza
No importa cuán grande sea la caída, Dios trajo estas palabras para decir que, si como Sansón te debilitaste, perdiste la visión y cometiste un error, debes clamar y volverte a Dios. Es el momento de evaluar los resultados improductivos y reconocer que no se puede hacer con las propias fuerzas lo que solo se puede hacer con la unción. Dios tiene un plan, y la prueba de ello son los ataques y las guerras que se viven. Lo que se va a recuperar no es la fuerza, sino la fe de que ya se tiene. Es necesario volver a tener la confianza en Dios y en la fuerza que Él da. El sermón concluye con un llamado a la humildad ante Dios, como lo hizo Sansón.