Resumen Breve
El sermón se centra en la mayordomía cristiana, enfatizando la responsabilidad individual y colectiva de los creyentes ante Dios. Se destaca la importancia de administrar y multiplicar los dones y recursos dados por Dios, no para beneficio propio, sino para glorificar a Dios y servir a los demás. Se subraya que el criterio de Jesús para evaluar a un buen mayordomo no se basa en la cantidad, sino en la fidelidad y el esfuerzo proporcional a lo recibido. Además, se aborda la necesidad de priorizar a Dios y sus mandamientos sobre las riquezas materiales y los deseos personales, recordando que las buenas obras son las que perduran y glorifican a Dios.
- Responsabilidad individual y colectiva ante Dios.
- Administrar y multiplicar los dones para glorificar a Dios y servir a los demás.
- Priorizar a Dios sobre las riquezas materiales.
- Las buenas obras son las que perduran.
Introducción: La Responsabilidad de la Mayordomía
El orador introduce el tema de la mayordomía, aclarando que no se trata de una carga adicional para aquellos que enfrentan dificultades, sino de una herramienta para enfocarse en lo que Dios puede hacer a través de cada uno. Se enfatiza que la mayordomía implica pensar menos en uno mismo y más en las cosas de Dios, administrando las responsabilidades incluso en los días malos para ser mejores administradores en el futuro. La mayordomía es una herramienta para dejar de pensar en uno mismo y enfocarse en lo que Dios puede hacer a través de cada persona.
Responsabilidad Individual y Colectiva
Se explica que la Biblia enseña que todos los hijos de Dios tienen una responsabilidad individual y una responsabilidad colectiva. La responsabilidad colectiva se cumple por medio de todos, haciendo brillar la luz delante de los hombres para que vean las buenas obras y alaben al Padre. Se aclara que no se trata de ser un ejemplo perfecto, sino de hacer buenas obras que glorifiquen a Dios. La clave está en el entendimiento que Dios da para poner orden en las cosas y cumplir con la responsabilidad bíblica en la mayordomía.
Prioridades Básicas y la Voluntad de Dios
Para cumplir con la responsabilidad colectiva, cada uno debe hacer lo que le corresponde. Se destaca la importancia de saber decir no a aquello que no es prioridad, siguiendo el ejemplo de Jesús, cuyo propósito principal era hacer la voluntad del Padre. Se mencionan cinco prioridades básicas: Dios y uno mismo, el cónyuge, los hijos, el trabajo y el ministerio, en ese orden. Para los solteros, se adapta el orden a Dios, padres, familia directa, escuela/trabajo y ministerio.
El Criterio de Jesús: La Multiplicación
Se introduce el criterio que Jesús utiliza para determinar si se está cumpliendo con la responsabilidad: la multiplicación. No en el sentido literal, sino en el sentido bíblico de las parábolas de las minas y los talentos. Se explica que para multiplicar, primero hay que administrar, pero se estudiará primero la multiplicación para entender mejor la administración.
Parábola de los Talentos: Capacidades y Responsabilidades
Se analiza la parábola de los talentos en Mateo 25:14-30, donde los tres siervos representan a toda la humanidad. Se destaca que no todos tenemos las mismas capacidades y que Dios da a cada uno según su capacidad. No es sabio compararnos con los demás, ya que a cada uno se le pide según lo que se le ha dado. La clave está en multiplicar según la capacidad que se te dio.
Siervos Buenos y Siervos Malos: El Criterio de Evaluación
Se explica que tanto el que recibió 5,000 monedas como el que recibió 2,000 fueron calificados como buenos y fieles, porque ambos multiplicaron lo que se les dio. El que no multiplicó, aunque no perdió nada, fue calificado como siervo malo y perezoso. El criterio es si multiplicaste o no lo que se te dio. Se concluye que para un hijo de Dios, esta vida es todo el infierno que va a vivir, mientras que para el que no es hijo de Dios, esta vida es todo el cielo que va a vivir.
¿Qué Cosas Puso Dios en Tus Manos?
Para entender cómo vamos a ser juzgados, debemos entender qué cosas ha puesto Dios en nuestras manos. Pablo pregunta en 1 Corintios 4:7: "¿Qué tienes que no hayas recibido?" Nada trajimos a este mundo y nada podemos llevarnos. Todo lo que tienes te fue dado por Dios y te va a pedir cuentas de eso. Se enfatiza que todas nuestras posesiones son solo para esta vida.
Las Cinco Jerarquías y la Relación con Dios
Se examinan las cinco jerarquías para entender qué cosas están en nuestras manos y son reclamables por Dios. En la primera jerarquía, Dios y uno mismo, el cuerpo es fundamental en la relación con Dios, ya que es el instrumento por el cual ponemos en evidencia nuestra relación con Dios. Se destaca la importancia de cuidar el cuerpo para poder cumplir con la responsabilidad encomendada.
El Cónyuge, los Hijos y el Trabajo
Se explica que después de Dios, el cónyuge es la prioridad. Dios va a llamar a cuentas de cómo se ha tratado al cónyuge. Luego, los hijos son una herencia del Señor. Se destaca que en la resurrección ya no existirá el concepto de matrimonio ni de hijos. El trabajo es el medio por el cual se lleva provisión a la casa, pero no es un fin en sí mismo. Lo importante es cómo se glorifica a Dios en el trabajo y qué se hace con el fruto de ese trabajo.
El Ministerio y las Prioridades para Solteros
Se explica que el ministerio es el servicio material que se presta en la iglesia, usando las habilidades que Dios ha dado para el bien de los demás. Para los solteros, se adapta el orden de prioridades a Dios, padres, familia directa, escuela/trabajo y ministerio.
Multiplicando lo que Tenemos: Confiar, Negociar y Arreglar Cuentas
Se analiza con cuidado las palabras de Jesús para entender la multiplicación. En Mateo 25:14, "encargó sus bienes" significa confiar. Dios confía en nuestras manos a nuestro cónyuge, hijos y trabajo. En Mateo 25:16, "negoció" significa trabajar, comerciar, ministrar. En Mateo 25:19, "arregló cuentas" significa resolver, reconciliar, reunir. Dios te confió personas y cosas en tu mano, debes trabajarlas y administrarlas para mejorarlas.
Administrar para Mejorar: El Proceso Cristiano
Se explica que administrar es ordenar, disponer, organizar. Se menciona una frase de Peter Drucker: "Lo que no se puede medir no se puede controlar. Lo que no se puede controlar no se puede administrar. Y lo que no se puede administrar no se puede mejorar." El mandato es mejorar lo que tenemos. El primer paso es medir, luego controlar, administrar y mejorar.
Dios o las Riquezas: La Decisión Trascendente
Se enfatiza que no se puede servir a Dios y a las riquezas. Generar riqueza cuesta tiempo, esfuerzo y dinero, al igual que seguir a Dios. Se debe escoger a quién se le dedica el tiempo. Se destaca que no hay un mandato bíblico para generar riqueza material, pero sí riqueza espiritual. Las buenas obras son las que perduran y glorifican a Dios.
El Ejemplo de Wendy Clark y la Meta del Cristiano
Se presenta el ejemplo de Wendy Clark, una mujer que modificó su negocio para beneficiar a sus empleadas, principalmente madres solteras hispanas. En lugar de solo generar dinero, busca coordinar horarios que les permitan tiempo para su familia y ofrece capacitación en un campamento familiar. Se concluye que la meta del cristiano es presentarse ante Jesús y escuchar: "Bien, buen siervo fiel, entra en el gozo de tu Señor."
Oración Final y Reflexión
Se realiza una oración final pidiendo a Dios que enseñe a cada uno a encontrar la mejor forma de hacer las cosas, a pensar como hijos de Dios y a buscar que Dios los recompense diciéndoles: "Bien, siervo fiel." Se recuerda que todo aquí es de paso, pero las cosas buenas a los ojos de Dios acompañan y glorifican a Dios.