Resumen Breve
Este video explora el concepto del nuevo nacimiento desde una perspectiva bíblica, contrastándolo con las interpretaciones personales y experienciales comunes entre los cristianos. Se destaca la importancia de entender la condición del hombre antes y después de este evento transformador, enfatizando que la salvación es una obra de Dios y no un logro humano.
- El nuevo nacimiento es indispensable para la salvación.
- La santidad es consecuencia de la santificación divina, no un mérito humano.
- Es crucial entender bíblicamente el nuevo nacimiento para evitar confusiones y desviaciones.
Introducción: La Necesidad del Nuevo Nacimiento
Se introduce la serie sobre la santidad, recordando que sin santidad nadie verá al Señor. Se enfatiza la importancia del nuevo nacimiento, un requisito indispensable para la salvación según Jesús. Se critica la tendencia de formar ideas sobre estos conceptos basadas en la experiencia personal en lugar de en la Escritura, lo que lleva a confusión y desviación. Se repasa la diferencia entre santidad y santificación, donde la santificación es la obra de Dios en nosotros y la santidad es la consecuencia de esa obra.
Santificación: Posicional, Progresiva y Final
Se explica la santificación en tres fases: posicional (nuevo nacimiento, un acto soberano de Dios), progresiva (lucha diaria contra el pecado) y final (glorificación con un cuerpo nuevo). La santidad es la consecuencia de la santificación, no un mérito humano. Se subraya que la santificación posicional ocurre en el nuevo nacimiento, tema central del día.
El Nuevo Nacimiento: Perspectivas Bíblicas vs. Experienciales
Se aborda cómo los cristianos a menudo interpretan el nuevo nacimiento desde su experiencia personal, lo cual puede ser problemático. Se ilustra con ejemplos de diferentes interpretaciones basadas en experiencias individuales (oración de fe, ir a la iglesia, dejar vicios). Se argumenta que esta subjetividad impide una comprensión objetiva y bíblica del nuevo nacimiento. Se enfatiza la necesidad de entender el nuevo nacimiento desde una perspectiva bíblica para interpretarlo correctamente y explicarlo a otros.
La Importancia de una Perspectiva Bíblica
Se destaca la importancia de entender el nuevo nacimiento con una perspectiva bíblica para poder explicarlo a otros, especialmente ante controversias. Se menciona Juan 3:3, donde Jesús afirma que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. Se explica que "ver" en este contexto implica discernir, comprender y experimentar el reino de los cielos. Se subraya que ser cristiano no es un estado psicológico o mental, sino una transformación que requiere nacer de nuevo.
El Hombre Antes del Nuevo Nacimiento: Perspectiva Bíblica
Se divide el estudio en dos partes: el hombre antes y después del nuevo nacimiento. Se critica la tendencia a formar conceptos del ser humano contradictorios a la Biblia, basados en la experiencia personal. Se definen conceptos clave: santificación (obra de Dios) y santidad (lo que obtenemos). Se explica que la regeneración es la obra de Dios que resulta en el nuevo nacimiento.
La Condición Humana: Imperfección y Pecado
Se discute la idea común de que "nadie es perfecto" y cómo, a pesar de este acuerdo general, existen dos posturas: "soy bueno, pero cometo errores" y "soy malo, estoy lejos de la perfección". Se cita Romanos 3:10-12, que afirma que no hay justo ni bueno, ni siquiera uno. Se explica que la definición bíblica de "bueno" implica no hacer nunca el mal, y como nadie cumple con esto, nadie es bueno según los estándares bíblicos.
El Bien y el Mal: Una Perspectiva Bíblica
Se explica que el mal es la ausencia del bien, y el bien se define como la naturaleza de Dios. Para ser bueno, uno debe actuar conforme a la naturaleza de Dios y nunca pecar. Se cita Eclesiastés 7:20, que afirma que no hay nadie tan justo que haga el bien y nunca peque. Se concluye que cuando las personas dicen "soy buena persona", están usando sus propios términos, no los bíblicos.
La Herencia de Adán: Pecado y Muerte
Se explica que todos heredamos la condición de Adán, la capacidad de definir el bien en nuestros propios términos. Se cita Salmo 51:5, que indica que desde la concepción somos formados en maldad. Se menciona Romanos 3:23, que afirma que todos han pecado y están privados de la gloria de Dios. Se explica que la muerte es la ausencia de Dios y que, debido al pecado de Adán, todos estamos condenados a la muerte eterna.
El Problema del Egocentrismo
Se argumenta que la libertad de hacer lo que consideramos mejor es el problema del sufrimiento humano, ya que a menudo daña a otros. Se ilustra con ejemplos como la infidelidad y el robo, donde las personas actúan pensando en sí mismas. Se destaca que desde que nacemos, somos egocéntricos y necesitamos ser enseñados a compartir y a considerar a los demás.
La Depravación Total del Hombre
Se plantea la pregunta de si somos pecadores porque pecamos o pecamos porque somos pecadores. Se critica la idea de que somos buenas personas que a veces hacen cosas malas, argumentando que la Biblia enseña que somos pecadores por naturaleza. Se explica que el humanismo considera que el hombre tiene una base buena y solo necesita herramientas y apoyo para desarrollarse, lo cual contradice la visión bíblica.
El Hombre Natural: Enemigo de Dios
Se cita Génesis 6:5, que afirma que los pensamientos del corazón del hombre son continuamente malos. Se menciona 1 Corintios 2:14, que indica que el hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios. Se argumenta que el hombre no regenerado está sumiso a la voluntad de Satanás y aborrece la luz. Se concluye que nadie puede acercarse a Dios a menos que Él lo conceda.
La Ira de Dios y la Necesidad de Salvación
Se explica que Dios es juez justo y está airado contra el impío todos los días. Se define la ira como la reacción ante la injusticia. Se cita Salmos 11:5, que afirma que Dios aborrece al que ama la violencia. Se menciona Romanos 6:23, que indica que la paga del pecado es la muerte. Se argumenta que necesitamos ser salvados de la ira de Dios y que el evangelio es Dios ofreciéndonos salvación de sí mismo.
El Llamado al Arrepentimiento y la Regeneración
Se cita Hechos 2:37-38, que llama al arrepentimiento y al bautismo. Se plantea la pregunta de cómo podemos arrepentirnos si somos esclavos del pecado. Se menciona Juan 3:3-8, donde Jesús habla del nuevo nacimiento como una obra del Espíritu. Se concluye que necesitamos ser regenerados por Dios, ya que no podemos autorregenerarnos.
Reflexión Final: La Dependencia de Dios
Se reflexiona sobre la importancia de recordar que el problema somos nosotros mismos y que no tenemos la capacidad de dejar de pecar por nuestro propio esfuerzo. Se enfatiza la necesidad de acudir a Dios y pedirle la capacidad de obedecer sus mandamientos. Se concluye que debemos valorar la salvación que Dios nos ha dado, reconociendo profundamente nuestra naturaleza pecaminosa.