Breve Resumen
Este video explora la autosanación desde diversas perspectivas, incluyendo la comunicación celular, la influencia de programaciones externas y la conexión con el agua interna del cuerpo. A través de entrevistas con personajes como Saray, una niña que se autosanó de leucemia, y análisis de casos con interferencias energéticas, se discuten métodos para reconectar con el cuerpo y revertir patrones de rechazo y enfermedad.
- La autosanación es posible mediante la escucha y el diálogo con las células.
- Las programaciones externas, especialmente desde el nacimiento, pueden obstaculizar esta conexión.
- Reconectar con el agua interna del cuerpo es clave para facilitar la comunicación celular y la autosanación.
Autosanación y Técnicas Holísticas
El video inicia explorando cómo las personas recurren a métodos holísticos como el Reiki para la autosanación, ya sea física o emocional. Se presenta el caso de una mujer que, a través del Reiki, experimenta un equilibrio momentáneo, pero efímero, destacando un desbalance persistente. En contraste, se describe a un hombre que utiliza el Reiki como un recurso dentro de un proceso de autogestión personal, logrando una sanación más duradera y conectada, lo que sugiere que la clave reside en la autogestión del proceso más allá de la técnica empleada.
El Caso de Saray: Autosanación de una Enfermedad Terminal
Se presenta el caso de Saray, una niña de 12 años que se autosanó de leucemia. Saray describe cómo aprendió a comunicarse con sus células, entablando un diálogo en el que ellas le informaban sobre sus necesidades. Explica que esta comunicación se facilita en silencio y conectando con el agua del cuerpo, recordando la comunicación intrauterina. Saray enfatiza la importancia de escuchar el lenguaje de las células y de proveerles lo que necesitan, ya sea a través de alimentos o mediante la producción interna a través del pensamiento y la conexión cerebro-corazón.
El Miedo y la Autosanación
Saray revela que su enfermedad estaba ligada al miedo a morir y cómo logró reducir ese miedo, permitiendo que sus células se sintieran menos asfixiadas. A pesar de haber avanzado significativamente, aún persiste un pequeño porcentaje de cáncer, asociado a un miedo no resuelto que la impide avanzar completamente. Saray reconoce la necesidad de enfrentar ese miedo para lograr una sanación total, aunque admite sentir nervios ante la idea de abrir esa "puerta" emocional.
Interferencias Energéticas y la Lucha por un Cuerpo Enfermo
Se presenta el caso de un hombre enfermo con interferencias energéticas representadas por seres que sujetan sus pies, impidiéndole sanar. Se establece un diálogo con estos seres y con Madame Cris, quien "compra" cuerpos enfermos para revenderlos, aprovechándose de su vulnerabilidad y falta de defensas. Madame Cris revela que los cuerpos enfermos son revendidos a almas que no saben que están enfermos. Saray interviene para ayudar al hombre a reconectar con su cuerpo y su capacidad de autosanación.
El Rol de Saray en la Autosanación Ajena
Saray visita al hombre enfermo y, a través de su energía y guía, lo ayuda a sentir el agua dentro de su cuerpo y a escuchar los susurros de sus células. El hombre experimenta alivio y reconoce que tiene la información necesaria para autosanarse, aunque necesita tiempo para lograrlo. Saray le recuerda que él también posee la capacidad de autosanación, empoderándolo para tomar el control de su propio proceso de curación.
Barreras para la Comunicación Celular y la Autosanación
Se analiza por qué muchas personas no escuchan sus células, identificando barreras mentales, sexuales y emocionales que insonorizan la comunicación interna. Se discute cómo el autojuicio y el rechazo al propio cuerpo generan una autoprotección celular que impide la comunicación y la autosanación. Para revertir esta condición, se propone despojarse de programaciones negativas, meditar conectando con el agua interna y escuchar las necesidades de las células.
El Impacto del Nacimiento y las Programaciones Externas
Se explora cómo el momento del nacimiento, con la pérdida del líquido amniótico y la exposición a estímulos externos, puede generar una disociación y la creencia de haber perdido algo valioso. Esta disociación se refuerza con programaciones externas, como las vacunas y otros químicos, que anestesian la comunicación celular. Se destaca que la marca de la vacuna en el hombro puede indicar el grado de resistencia del cuerpo a la información contenida en la inyección.

