Breve Resumen
El video explora cómo las diferentes religiones y mitologías, aunque aparentemente distintas, comparten similitudes fundamentales en sus figuras divinas y prácticas de adoración. Se argumenta que estas similitudes apuntan a una manipulación por parte de entidades extraterrestres que buscan controlar y extraer energía de la humanidad. El video también aborda el concepto de egregores y cómo estos son alimentados por la energía colectiva de las personas, sirviendo como canales para el arconte mayor. Finalmente, se advierte sobre la Nueva Era y cómo esta puede perpetuar el mismo ciclo de adoración y manipulación al crear nuevos semi-egregores.
- Las religiones y mitologías comparten similitudes que sugieren una manipulación por entidades extraterrestres.
- Estas entidades buscan controlar y extraer energía de la humanidad a través de la adoración y los contratos.
- Los egregores son alimentados por la energía colectiva de las personas y sirven como canales para el arconte mayor.
- La Nueva Era puede perpetuar el mismo ciclo de manipulación al crear nuevos semi-egregores.
Engaño de los Dioses
El video plantea que las diversas mitologías y religiones, con sus aparentes diferencias en dioses y demonios, en realidad convergen en un punto común: la manipulación de la humanidad. A pesar de las distintas culturas y nombres, estas entidades demandan adoración, establecen contratos y buscan el intercambio de energía. Esta similitud sugiere que, en su origen, estos entes llegaron a la Tierra para manipular a la humanidad, ofreciendo un conocimiento vago y confuso para mantener la ilusión de diferencias.
Similitudes en la Diversidad
La historia humana está repleta de entidades con cuernos, representadas en diferentes colores y formas según la cultura. Aunque cada cultura tiene un dios absoluto para adorar, al comparar las escrituras, se revela una similitud subyacente: Alá, Yahvé, todos convergen en uno solo. Esto se debe a que el objetivo final es el control. Seres extraterrestres manipularon el ADN humano preexistente para crear un nuevo prototipo de humano, marcando los inicios de la Matrix arconte planetaria.
El Plan de la División
El plan inicial no era una religión mundial unificada, sino la división de un ser adorado en múltiples entidades inexistentes. Este ser, como Enlil, se fragmentó en 20 dioses en distintas culturas, cada una con su propia creencia. Este ser, que aparentemente disfruta de la adoración y se alimenta de la energía álmica de la humanidad, se dividió en 20 seres en diferentes países y culturas, creando historias distintas. Esta división fomenta la confrontación y la creencia de tener la razón, cuando en realidad todos adoran al mismo arconte mayor, quien orquestó la creación de estos múltiples dioses.
La Naturaleza de los Arcontes
Todas las ofrendas de las diversas mitologías y culturas convergen en el mismo ser: el arconte mayor, subdividido en diferentes puntos y egregores. Cuando estos seres draconianos pierden sus cuerpos físicos, se convierten en seres álmicos o etéricos que vagan en el plano astral, alimentándose de la energía álmica de la humanidad. Al carecer de un cuerpo físico, no pueden ascender a planos superiores, ya que su cuerpo etérico solo soporta ciertas dimensiones y frecuencias. De ahí surge la metodología de los arcontes, ya que un cuerpo astral sin conexión a una fuente primordial puede morir.
El Arconte Mayor y los Egregores
El arconte mayor, Enlil, es el principal beneficiario del "comedero planetario" de la Tierra, recibiendo la mayor parte de la energía diaria de la humanidad. Ahora convertido en un demiurgo, un cuerpo etérico y un egregor funcional mayor, capta a los semi-egregores creados, como los de Alá o Zeus. Estas mitologías y deidades son egregores alimentados por la humanidad, que no existen inherentemente, sino que fueron creados por la propia humanidad. El plan consistió en crear una pirámide de egregores que sirven como canales para recibir energía, conectados al canal mayor del demiurgo.
La Nueva Era y los Semi-Egregores
La Nueva Era, o New Age, toma a estos entes de supuesta luz, como Zeus, y los adora, creando nuevos semi-egregores del egregor original. Por ejemplo, se crea una imagen de Zeus como un ser de luz y nueva espiritualidad, invocándolo a través del tarot. Esto resulta en la subdivisión del egregor original de Zeus en otro, creando más puntos de "comedero energético". Se critica la creencia en que un dios de otra mitología es el verdadero ser de luz, ya que esto implica salir de un programa para entrar en otro, cuando en realidad todos parten del mismo punto.
El Origen Extraterrestre
Todos los dioses de las religiones provienen de la primera imagen de Dios que se entregó al humano. Sin embargo, este "Dios" no es una divinidad, sino un extraterrestre que llegó del cielo y manipuló el homo sapiens, combinando su ADN con el nuestro. Desde entonces, pueden sustentar una imagen de seres divinos, cuando en realidad fueron seres de carne y hueso. No son seres divinos, sino genetistas extraterrestres que intervinieron en la evolución humana.
La Manipulación y el Reseteo
Si hoy fuéramos cavernícolas y una nave extraterrestre nos secuestrara y clonara, podríamos pensar que son seres divinos. En un momento de la historia, la humanidad alcanzó un pico de espiritualidad, lo que llevó a un reseteo para volver a una humanidad dormida. Si la humanidad despierta y unos seres la destruyen para eliminar el conocimiento y la espiritualidad, la nueva civilización nacerá ignorante y controlada. Al ver una luz en el cielo, la interpretaremos como un dios, inventando historias basadas en nuestra ignorancia del espacio y las galaxias.
La División y la Perspectiva Lógica
La división de religiones nace de un punto en común: ofrecer ofrendas a un dios que da o tortura. Desde ahí, creamos interpretaciones del mismo dios, cuando en realidad era un ser de carne y hueso. Somos ignorantes, nos controlan y fin. Sin embargo, cuando descubrimos que el verdadero gen divino de la Fuente original reside en nosotros, logramos avanzar como humanidad. La recomendación final es no pensar tanto en los demás, ya que no todo es lo que parece, y trabajar en el propio camino espiritual.
