Resumen Breve
Este video explica cómo preparar la avena de dos maneras distintas para maximizar sus beneficios para la salud. El objetivo principal es reducir el colesterol y los niveles de azúcar en la sangre, lo que indirectamente ayuda a disminuir la hipertensión. Las dos formas de preparación son: licuado de avena y gachas de avena.
- La avena es rica en betaglucano, una fibra que ayuda a reducir el colesterol y el azúcar en la sangre.
- Preparar la avena correctamente es crucial para liberar el betaglucano y obtener sus beneficios.
- Se presentan dos métodos: licuado (en frío) y gachas (en caliente).
¿Por qué la avena es beneficiosa?
La avena es efectiva para reducir el colesterol y los niveles de azúcar en la sangre debido a su alto contenido de betaglucano, un tipo de fibra. El betaglucano, cuando se prepara adecuadamente, actúa como una esponja en el intestino, atrapando moléculas de grasa como el colesterol y los triglicéridos, impidiendo su absorción. Además, la avena tiene un bajo índice glucémico, lo que significa que no causa picos de azúcar en la sangre, siendo un alimento saciante que ayuda a mantener estables los niveles de glucosa. Al controlar el colesterol y el azúcar, indirectamente se contribuye a la disminución de problemas de tensión arterial.
Licuado de Avena
Una forma sencilla de preparar la avena es mediante un licuado. Para ello, se mezcla la cantidad deseada de líquido (agua, leche desnatada o bebida vegetal como leche de almendras) con tres cucharadas soperas de avena en un recipiente. Es crucial licuar la mezcla durante 3 a 5 minutos para romper completamente la avena y liberar el betaglucano. Para potenciar los beneficios, se recomienda endulzar el licuado con canela, que también ayuda a reducir los niveles de colesterol. Este licuado se puede consumir en el desayuno o como merienda, aprovechando el poder saciante del betaglucano para controlar el hambre.
Gachas de Avena
La segunda forma de preparación es en caliente, haciendo gachas de avena. Se pone a hervir en un recipiente un vaso o dos de agua, leche semidesnatada o bebida vegetal, y se añade una tacita pequeña de avena. El hervido prolongado favorece la liberación del betaglucano. Esta preparación permite mezclar la avena con frutos secos, como nueces, para añadir omega-3, o con yogur cuando esté frío, creando un desayuno más completo. El objetivo es el mismo que con el licuado: liberar el betaglucano para bajar el colesterol, mantener un bajo índice glucémico y, en consecuencia, ayudar a reducir la tensión arterial.
