Breve Resumen
El video expone cómo la Iglesia Católica Romana fabricó una historia de su fe para consolidar su poder, desprestigiar a sus opositores y justificar su dominio. Esto incluyó la supresión de la verdad sobre los orígenes del cristianismo y la creación de narrativas falsas. Se mencionan ejemplos como la interpolación de las cartas de Pablo, la invención de una relación entre Pablo y Séneca, la falsificación de cartas de otros apóstoles, la alteración de obras traducidas al latín, la creación de biografías falsas de santos y la atribución de falsos escritos a figuras históricas como Filón y Josefo.
- Falsificación de documentos históricos y religiosos.
- Invención de biografías de santos y figuras religiosas.
- Manipulación de textos para adaptarlos a la doctrina católica.
Introducción: La Fabricación de la Historia Cristiana
La Iglesia Católica Romana necesitaba construir una narrativa de su fe que sirviera a sus intereses, denigrando a sus adversarios y celebrando su triunfo como un designio divino. Para lograrlo, suprimieron la verdad sobre los orígenes del cristianismo y crearon una historia que justificara su dominación y el control sobre las creencias de los fieles. Esta invención histórica persiste hasta hoy, siendo considerada como la verdad por muchas personas.
Falsificación de Cartas y Textos
Los cristianos de la época buscaban plasmar sus fantasías religiosas a través de documentos históricos, pero estos documentos, que forman la base de la historia tradicional del cristianismo, son en realidad falsificaciones. Un ejemplo de esto es la interpolación de las cartas originales del apóstol Pablo a finales del siglo II. Como parte de la romanización del cristianismo, se inventó una tradición que afirmaba que Pablo mantenía una estrecha comunicación con el estadista romano Séneca. La Iglesia Cristiana Romana conserva 300 manuscritos que contienen cartas falsas de Pablo y Séneca, las cuales fueron consideradas auténticas hasta el siglo XIX.
Invención de la Relación entre Pablo y Séneca
Según estas cartas falsas, Séneca abrazó el cristianismo y fue nombrado por Pablo como predicador oficial del evangelio ante la corte imperial. Jerónimo se basó en estas falsificaciones en el siglo IV para incluir a Séneca en su lista de santos cristianos.
Falsificación de Cartas de Otros Apóstoles
También se falsificaron cartas en nombre de otros apóstoles, que ahora forman parte del canon bíblico en el Nuevo Testamento, como las de Santiago, Judas, Pedro y Juan. Incluso Eusebio, portavoz de la propaganda católica, dudaba de la autenticidad de estas cartas y consideraba que el Apocalipsis era falso.
Adulteración de Epístolas y Traducciones
Hasta el siglo V, se siguieron falsificando, adulterando y ampliando epístolas atribuidas a primitivos cristianos como Justino Mártir, Ignacio de Antioquía y Clemente de Roma. Otra estrategia utilizada fue la traducción de obras al latín, donde se aprovechaban las oportunidades para tergiversar los textos. Esto se hacía con el fin de que las enseñanzas de filósofos cristianos como Orígenes concordaran con lo que se consideraba ortodoxo en ese momento.
Invención de Biografías de Santos y Falsificación de Oráculos
Se volvió común inventar biografías de santos cristianos, a menudo basadas en las vidas y leyendas de santos paganos ya fallecidos. Para dar credibilidad a la idea de que la iglesia de Roma era el centro del poder cristiano, se inventaron historias sobre la llegada de Pedro a la ciudad y su crucifixión cabeza abajo. A principios del siglo IV, se falsificaron oráculos de sibilas paganas que profetizaban la venida de Jesús, y Constantino los citó en el Concilio de Nicea como prueba de la divinidad de Jesús.
Falsificación de Escritos de Figuras Paganas y Judías
Los cristianos católicos romanos incluso inventaron un testamento de Orfeo en el que el antiguo profeta del paganismo supuestamente negaba sus anteriores enseñanzas paganas. Además, hicieron añadiduras a las obras del judío pitagórico Filón y se inventaron leyendas absurdas que afirmaban que Filón había debatido sobre la ley con el discípulo Juan y había conocido a Pedro en Roma.
Transformación de Josefo y Atribución de Documentos Falsos
El historiador judío Josefo fue transformado en cristiano e incluso equiparado con José de Arimatea. También se atribuyó a Josefo un documento falso titulado "Sobre la esencia de Dios", cuyo fin era reforzar la anterior falsificación atribuyendo doctrinas cristianas a Josefo. Sin embargo, estudios lingüísticos han demostrado que el autor de este texto falso fue Hipólito, el perseguidor de herejías.
Hipólito y la Falsificación de Epístolas
Estos estudios también han demostrado las semejanzas entre el lenguaje y el estilo de este documento falso y los de la segunda epístola a los Tesalonicenses, que se escribió para cuestionar la autenticidad de la primera carta a los Tesalonicenses. Por lo tanto, se concluye que Hipólito también es el autor de esta falsa epístola y no Pablo.
Conclusión: Los Malos Frutos de la Falsedad
Se ha condensado solo una parte de las muchas pruebas que demuestran la falsedad de una religión que hasta la fecha solo ha mostrado malos frutos. Al compararla con la palabra de Jesús, no pasa el examen del maestro, quien dijo que el árbol se conoce por su fruto y que todo árbol malo produce malos frutos.

