Breve Resumen
El video explora la figura de Enki, el dios sumerio aliado y benefactor de la humanidad. Se destaca su papel en la creación del ser humano, la entrega de los dones de la civilización, y su defensa de la humanidad contra los designios de otros dioses, como Enlil. También se discuten diferentes versiones sobre su origen y relaciones familiares dentro del panteón sumerio, así como algunos mitos donde interactúa con otros dioses, como Inanna. Finalmente, se aborda el mito del diluvio y cómo Enki salva a la humanidad de la destrucción total.
- Enki es el creador y protector de la humanidad.
- Interviene para salvar a los humanos del diluvio enviado por Enlil.
- Participa en varios mitos con otros dioses, mostrando tanto sabiduría como astucia.
Enki, el Dios Sumerio Amigo de la Humanidad
Enki es presentado como una deidad sumeria crucial, reconocido por diseñar y crear a la humanidad. Se le considera el protector y benefactor de los humanos, otorgándoles dones esenciales para la civilización como las artes, las leyes, la escritura y la medicina. Además, Enki actúa como defensor de la humanidad frente a las amenazas de otros dioses, como cuando previene la destrucción de la humanidad por Enlil a través de un gran diluvio, alertando a un sabio en un sueño para que construya un arca.
Orígenes y Aspecto de Enki
Se explora la naturaleza de Enki, cuestionando si es un producto de la imaginación o un antiguo astronauta, y de qué mundo o realidad provienen los dioses sumerios. No hay consenso sobre su apariencia, con algunas representaciones mostrando un aspecto humano combinado con un pez, mientras que otras sugieren una apariencia reptiliana debido a su conexión con las serpientes. En la mitología sumeria, Enki era uno de los dioses más importantes, inicialmente adorado como dios del agua dulce y patrón de la ciudad de Eridu, considerada la primera ciudad del mundo. Con el tiempo, su influencia creció, abarcando el engaño, la astucia, la magia, la creación, la fertilidad y la inteligencia.
Genealogía de Enki
Según los sumerios, Enki era hijo de Anu, dios del cielo. El poema babilónico "Enuma Elish" lo describe como hijo de Apsu, el océano primigenio de agua dulce bajo la tierra, y también se le considera hijo de Nammu, la diosa madre primordial. Su esposa era Ninhursag y entre sus hijos se encuentra Marduk. Al principio, Enki era uno de los hijos de Apsu y Tiamat, personificaciones del agua dulce y salada. Enki y sus hermanos causaban mucho ruido, lo que enfureció a Apsu, quien planeó eliminarlos. Tiamat reveló el plan a Enki, quien puso a su padre en un sueño profundo y lo eliminó.
Enki y Tiamat
Tiamat, tras la muerte de Apsu, repudió a sus hijos y levantó un ejército de demonios y monstruos liderado por Kingu. Este ejército derrotó a Enki y a los dioses más jóvenes en varias batallas, hasta que Marduk, hijo de Enki, se ofreció a liderarlos a la victoria si lo nombraban su rey. Marduk se enfrentó a Kingu en combate singular, lo derrotó y luego disparó a Tiamat con una flecha, partiéndola en dos. De sus ojos surgieron los ríos Tigris y Éufrates.
Enki y Otros Dioses: Inanna
En algunos mitos, Enki es considerado padre de la diosa Inanna. En el mito del descenso de Inanna al inframundo, Enki envía demonios para engañar a Ereshkigal y obtener el cadáver de Inanna, que luego resucitan. En otro mito, "Inanna y Enki", ambos dioses compiten para ver quién puede beber más. Enki, borracho, concede a Inanna todos los "mes", es decir, los dones de la civilización. Al día siguiente, Enki se da cuenta de su error e intenta recuperar los "mes", pero Inanna logra regresar a su ciudad, Uruk. Enki, al darse cuenta de que ha sido engañado, hace las paces con Inanna y la ciudad de Uruk.
La Creación del Ser Humano
Enki sugiere crear asistentes para los dioses más jóvenes, quienes trabajan incansablemente para sostener la creación. Amasando la inteligencia, la carne y la sangre de una deidad llamada We-ila con arcilla, la diosa madre Ninmah crea siete humanos masculinos y siete femeninos, que son extraordinariamente fértiles. Los humanos se multiplican rápidamente, cumpliendo las tareas que antes realizaban los dioses más jóvenes.
El Diluvio y la Salvación de la Humanidad
A medida que los humanos se multiplican, causan problemas a los dioses con su ruido constante, perturbando a Enlil. Enlil decide enviar plagas para reducir su número, pero Enki interviene, aconsejando a los humanos sobre cómo revivir el equilibrio de la tierra. Frustrado, Enlil convence a los demás dioses para que permitan un gran diluvio que destruya a la humanidad. Enki, aunque no puede disuadir a Enlil, advierte a Atrahasis, un hombre honesto, que construya un arca y entre en ella con animales.
Después del Diluvio
Tras el diluvio, Atrahasis ofrece sacrificios a los dioses, cuyo olor atrae a Enlil, quien se enfurece al ver que alguien ha sobrevivido. Enki explica la bondad de Atrahasis y los dirige al sacrificio. Los dioses, satisfechos, descienden a la tierra. Enki propone un nuevo plan: crear seres menos fértiles, con niños llevados por demonios, mujeres que sufren abortos o son infértiles, y otras consagradas a los dioses como vírgenes perpetuas. Además, los humanos tendrán vidas cortas y estarán expuestos a muchas causas de muerte. Los dioses aceptan esta propuesta, y Atrahasis es trasladado a las tierras del paraíso, creando las nuevas criaturas que poblarán la tierra.
