Breve Resumen
El video examina el Incendio del Reichstag en 1933, un evento clave que Hitler utilizó para consolidar su poder y establecer la dictadura nazi. Se exploran los antecedentes políticos y sociales de la República de Weimar, el ascenso de los nazis, el incendio en sí, el juicio posterior y las consecuencias a largo plazo.
- El incendio sirvió como pretexto para la represión de opositores y la consolidación del poder nazi.
- El juicio a los acusados estuvo lleno de irregularidades y manipulaciones.
- El evento sigue siendo objeto de debate y teorías conspirativas.
El Incendio del Reichstag: Catalizador de la Dictadura Nazi
El 27 de febrero de 1933, el Reichstag, símbolo de la democracia alemana, se incendió en Berlín. Este evento, ocurrido poco después de que Hitler llegara al poder, fue utilizado por los nazis como pretexto para destruir la democracia alemana. Aunque cinco hombres fueron acusados, la verdad detrás del incendio sigue siendo un misterio y se considera el catalizador de la dictadura nazi.
Ascenso del Nazismo en la República de Weimar
En 1928, Berlín estaba en plena transformación durante la República de Weimar, una época de esperanzas y conflictos. La democracia era constantemente atacada mientras la ciudad florecía con bares y clubes, y las calles se convertían en un campo de batalla entre comunistas y nazis. Los jóvenes desempleados se unían a las milicias, y las SA desafiaban al Estado. Hitler, tras un golpe fallido, decidió llegar al poder por la vía parlamentaria, prometiendo a sus seguidores la eliminación de sus oponentes. A pesar de tener pocos diputados inicialmente, la crisis económica y el temor al comunismo les favorecieron, aumentando su representación en el Reichstag y la violencia en las calles.
Hitler Canciller y la Intimidación Política
En julio de 1932, los nazis obtuvieron un gran número de escaños, lo que obligó a la derecha a negociar con ellos. Hermann Göring se convirtió en presidente del Parlamento. La violencia continuó aumentando, y Hitler culpó a los comunistas, presentándose como el único capaz de restaurar el orden. Aunque sufrieron un revés en las elecciones de noviembre de 1932, la presión sobre la democracia aumentó. Tras intrigas, Hitler fue nombrado canciller el 30 de enero de 1933, con la creencia de que podría ser controlado. Los nazis obtuvieron ministerios clave que les dieron poder sobre la policía, y Hitler organizó una marcha con antorchas para celebrar, pero la violencia estalló, y Hitler culpó a los comunistas.
El Incendio del Reichstag: La Noche del Incendio
El 27 de febrero de 1933, el Reichstag estaba en calma. Esa noche, Hitler cenó en casa de los Goebbels. A las ocho y media de la noche, el diputado comunista Ernst Torgler abandonó el Reichstag. Minutos después, un empleado de iluminación y un cartero finalizaron su labor. A las nueve y cinco, un estudiante de teología vio a un hombre romper una ventana y avisó a un guardia de seguridad. A las nueve y catorce, los bomberos partieron hacia el Reichstag. Göring ordenó dirigirse al lugar. El edificio se volvió un caos. A las nueve y veinte, encontraron llamas y a un hombre semidesnudo con encendedores y un pasaporte neerlandés, Marinus van der Lubbe, quien fue arrestado. A las nueve y veintisiete, la cúpula del Reichstag estalló. Hitler y Goebbels llegaron al lugar, y Hitler declaró que el incendio era el comienzo de una nueva era.
La Represión y las Acusaciones
Tras el incendio, se propagó el rumor de que los comunistas habían incendiado el Reichstag, lo que llevó a redadas masivas y arrestos de opositores. Ernst Torgler se entregó voluntariamente, proclamando su inocencia. En el Reichstag en ruinas, se encontraron encendedores y materiales inflamables. La atención se centró en Marinus van der Lubbe, el detenido, a quien los nazis consideraron el culpable ideal. Van der Lubbe afirmó haber actuado solo, pero los nazis buscaron vincularlo con una conspiración comunista más grande, presentando testigos que lo relacionaban con líderes comunistas.
La Propaganda y las Elecciones
La policía detuvo a tres búlgaros con documentos falsos, incluyendo a Georgi Dimitrov, quien tenía un historial de conspiración. Hitler quería un juicio público para presentar el caso como una conspiración comunista internacional. Mientras tanto, la persecución se intensificó, y Hitler apareció en carteles con Hindenburg para mostrar unidad. El incendio del Reichstag se convirtió en el eje central de la propaganda nazi. El 5 de marzo de 1933, se celebraron elecciones en un ambiente de intimidación. Los nazis obtuvieron el 44% de los votos y aseguraron su victoria gracias a la represión previa a las elecciones.
Consolidación del Poder Nazi
La nueva Cámara de Representantes se reunió en marzo, y con la izquierda debilitada, la derecha se alineó con Hitler. El Parlamento se trasladó a la Ópera Kroll, donde los nazis impulsaron leyes para consolidar su dominio, incluyendo la "Lex van der Lubbe". Hitler presentó el incendio del Reichstag como una advertencia y la represión se extendió.
El Juicio Paralelo y la Campaña de Desinformación
Medio millón de alemanes huyeron del país debido al régimen nazi. Willi Münzenberg organizó un juicio público contra el régimen nazi en París, con el apoyo de Otto Katz. Se distribuyó un retrato de Dimitrov, y los familiares de los acusados influyeron en la opinión pública en Londres. La Internacional Comunista apoyó a los acusados, y se publicó "El libro marrón", que contenía documentos que contradecían las acusaciones. Se descubrió un pasaje secreto que conectaba el Reichstag con la residencia de Göring, lo que avivó la teoría de una conspiración nazi. Göring negó las acusaciones. "El libro marrón" se convirtió en un best-seller, y Goebbels organizó una campaña para boicotear negocios judíos, creando un ambiente de miedo y odio.
El Terror y la Consolidación del Partido Nazi
Las SA comenzaron a golpear y matar a judíos, quemar sinagogas y destruir libros, intensificando el terror. La base de las SA creció rápidamente, y algunos cuestionaron si el incendio del Reichstag fue instigado para ganarse el favor de Hitler. El 14 de julio de 1933, el Partido Nazi se convirtió en el único partido legal. Los funcionarios públicos debían saludar con el saludo nazi, y los opositores eran enviados a campos de concentración. Los comunistas, sindicalistas, socialdemócratas y judíos encarcelados aumentaron en número, y los campos de concentración se convirtieron en instalaciones permanentes.
El Juicio de Leipzig y las Manipulaciones
La investigación estuvo plagada de intrigas y manipulaciones. Göring logró que un juez cercano al Partido Nazi se encargara del caso. Los abogados defensores fueron despedidos, y a los acusados se les asignaron defensores poco fiables. Torgler aceptó ser defendido por un nazi, pero Dimitrov decidió defenderse a sí mismo. La prensa comunista ya tenía claro que Van der Lubbe sería el chivo expiatorio, y se difundieron ideas para desacreditarlo. El juicio paralelo en Londres resultó en la absolución de los coacusados, pero no de Van der Lubbe.
El Juicio del Incendio del Reichstag
El 21 de septiembre de 1933, comenzó en Leipzig el juicio a los acusados por el incendio del Reichstag. El juicio fue seguido por miles de alemanes a través de transmisiones en vivo. Durante tres meses se presentaron más de 200 testimonios. La actitud de Van der Lubbe sorprendió a los oyentes. Los nazis lo acusaron de ser comunista, mientras que los comunistas lo acusaron de colaborar con los nazis. Van der Lubbe tuvo episodios extraños, y su estado mental y físico empeoró. El tribunal se trasladó a Berlín, donde se realizó una reconstrucción del incendio.
El Testimonio de Göring y el Veredicto
A medida que el juicio avanzó, las acusaciones del "Libro Marrón" se convirtieron en el centro del debate. Van der Lubbe hizo una declaración confusa sobre dónde pasó la noche antes del incendio, lo que levantó sospechas sobre su posible complicidad con el régimen nazi. Los comunistas acusaron a Wolf-Heinrich von Helldorff de reunirse con Van der Lubbe la víspera del incendio. Göring fue citado a declarar y se enfrentó a Dimitrov, quien lo acusó de dirigir la investigación en una sola dirección. La tensión entre Göring y Dimitrov puso en evidencia las debilidades del régimen nazi. Finalmente, el veredicto se emitió en Nochebuena: Van der Lubbe fue condenado a muerte, mientras que los demás acusados fueron absueltos.
Consecuencias y Legado
Hitler utilizó el juicio para mostrar al mundo que era un defensor del proceso judicial. Van der Lubbe fue ejecutado el 10 de enero de 1934. El juicio por el incendio del Reichstag añadió la ilusión de que la justicia podría sobrevivir en un momento en que la democracia ya había caído. Tras las elecciones de 1933, el Partido Nazi consolidó su poder. Con la muerte de Hindenburg en 1934, Hitler asumió tanto la cancillería como la presidencia. La teoría de la conspiración comunista se desvaneció, y las SA fueron purgadas en la Noche de los Cuchillos Largos. Después de la Segunda Guerra Mundial, un agente de la Gestapo reveló que Hitler había planeado el incendio del Reichstag. La sentencia contra Van der Lubbe fue revocada póstumamente en 2008. El juicio del Reichstag fue una farsa diseñada para sellar el control absoluto de un régimen en ascenso.