Breve Resumen
El video relata la conmovedora experiencia de Jesús al presenciar la muerte de José, su padre, y ofrece una perspectiva sobre el trance de la muerte y cómo afrontarlo en paz. Jesús describe los últimos momentos de José, su turbación, su fe y la intervención divina para proteger su alma de los arcontes. Además, revela la importancia de la plegaria y el amor en el proceso de desencarnación.
- Relato de la muerte de José desde la perspectiva de Jesús.
- Descripción del trance de la muerte y la turbación del alma.
- Intervención divina para proteger el alma de los arcontes.
- Importancia de la plegaria y el amor en el proceso de desencarnación.
Introducción
El video presenta un relato impactante de Jesús sobre la muerte, describiendo la experiencia del trance que todo ser humano enfrenta. Además, revela cómo anular la acción de los arcontes para desencarnar en paz hacia estados sutiles de existencia.
Relato de Jesús sobre la muerte de José
Jesús, sentado en el monte de los olivos, comparte con sus discípulos la historia de la vida y muerte de José, basada en un texto de la biblioteca de Jerusalén. Describe a José como un hombre que llegó a la ancianidad sin que su cuerpo se debilitara, manteniendo su vista, dientes y razón intactos hasta los 111 años. Jesús lo amaba y obedecía en todo.
La enfermedad y oración de José
Se acerca el momento de la muerte de José, su cuerpo se debilita y un ángel le anuncia su próximo reposo eterno, lo que le causa turbación y miedo. José ora a Dios, pidiendo que le envíe al arcángel Miguel para acompañarlo en su tránsito, protegiéndolo de entidades negativas y guiándolo en paz hacia la divinidad.
Los últimos momentos de José
José regresa a su casa y enferma gravemente. Jesús describe cómo, cerca del amanecer del 26 de abril, el alma de José se agitó, lamentándose por no haber logrado ciertas cosas y por haber dudado de María. Reconoce la terrible hora de la separación del alma y el cuerpo, pero confía en la voluntad de Dios.
El encuentro de Jesús con José
Jesús se acerca a José, encontrándolo turbado y angustiado. José se reconforta al oír la voz de Jesús, a quien llama su salvador, refugio y protector. José le pide perdón a Jesús por haber dudado de María cuando ella concibió, reconociendo el misterio de su nacimiento y proclamándolo su Señor, Dios y el hijo de Dios verdadero.
La llegada de la muerte
José, sin fuerzas para llorar, siente que la muerte se apodera de él. María llega y, junto con Jesús, observa los signos de la muerte en su rostro. Jesús toma las manos de José, quien le pide que no lo abandone. Jesús siente que el alma de José está a punto de abandonar su cuerpo.
La intervención divina y el rechazo de la muerte
Jesús ve la muerte y sus milicias acercándose a José, lo que provoca un gemido en el anciano. Jesús rechaza a la muerte y a sus acompañantes, clamando a Dios por misericordia para José. Pide que envíe a Miguel, Gabriel y a los ejércitos de ángeles para acompañar el alma de José. Jesús explica que todos, justos y pecadores, deben pasar por el trance de la muerte.
El alma de José y el reposo eterno
Miguel y Gabriel toman el alma de José, la envuelven en un hábito luminoso y la entregan a Dios, quien le da paz. Los ángeles protegen su alma de los arcontes hasta guiarla a la mansión de los justos. Jesús cierra los ojos de José y consuela a María, explicando que la muerte de José no es el final, sino el inicio de la vida eterna.
El funeral y la plegaria de Jesús
Los hijos de José lloran y llevan su cuerpo para embalsamarlo. Jesús implora a Dios con una plegaria que escribió antes de su concepción. Ángeles envuelven el cuerpo de José en un manto luminoso. Los jefes de la población intentan amortajarlo, pero encuentran que ya está amortajado de forma inusual. Jesús abraza el cuerpo de José, llora sobre él y lo depositan en el sepulcro junto a su padre Jacobo, entrando en el reposo al cumplir 111 años.
