Jonathan Ramos demuestra que aristarchus se refuta solo

Jonathan Ramos demuestra que aristarchus se refuta solo

Resumen Breve

Este video presenta un debate sobre la quinta vía de Santo Tomás de Aquino, que argumenta la existencia de Dios a partir del orden y finalidad observados en la naturaleza. Jonathan explica cómo todas las cosas naturales tienden hacia su perfección, lo que sugiere una única inteligencia que las dirige. Aristarcus objeta, señalando la incompatibilidad y falta de armonía entre las teleologías de diferentes seres, como el león y la gacela. Jonathan responde que, aunque los medios difieren, el fin último de la supervivencia es común a todos los seres, refutando así la objeción inicial.

  • Jonathan defiende la quinta vía argumentando que todas las cosas tienden a su perfección bajo una única inteligencia.
  • Aristarcus objeta la falta de armonía entre las teleologías en la naturaleza.
  • Jonathan responde que el fin último de la supervivencia es común, aunque los medios difieran.

Pregunta sobre la Quinta Vía de Santo Tomás

Mariano Aguilar pregunta cómo se deduce que una sola inteligencia dirige a todas las cosas no inteligentes hacia su fin, en lugar de varias inteligencias para cada cosa. Jonathan responde que todos los seres naturales tienden al mismo fin: su perfección. Las plantas buscan la preservación y reproducción, los animales buscan comer, abrigarse y cuidarse, todo con el fin de la autopreservación y la perfección. Toda naturaleza se mueve hacia su perfección, y esta causa universal no puede ser por azar, ya que el azar no produce un movimiento único y constante. Este fin único es el que los ha creado y los ha creado para sí mismo, porque todas las cosas buscan el sumo bien, que es Dios. En este movimiento, todo lo verdadero tiende a más verdad, lo bueno a más bien y lo libre a más libertad, tendiendo hacia lo mejor, que es Dios, el destino universal de toda la creación.

Objeción a la Armonía de los Fines

Aristarcus responde a la explicación de Jonathan sobre la teleología y la dirección de todas las cosas hacia un fin único. Señala que, aunque se asuma que todas las cosas se dirigen a su perfección o bien, se observa una total incompatibilidad entre esas teleologías. No hay armonía en la naturaleza respecto a los fines a los que se dirigen los entes. Por ejemplo, la perfección que persigue el león no es la que persigue la gacela, y sus fines chocan: para que uno se perfeccione, el otro debe no perfeccionarse. La existencia de cada ente depende del fracaso del otro, lo que sugiere una pluralidad diversa y contradictoria en lugar de una única entidad dirigiendo a todos hacia un bien o perfección universal.

Teleonomía y Teleología

Aristarcus aclara que la teleonomía se refiere al aparente propósito u orientación observada en la naturaleza. Confirma que no tiene problemas con la teleología aristotélica en sí, sino con la inferencia de que, a partir de la teleología, se deduce una única inteligencia dirigiendo las cosas a un fin. La teleología le parece razonable porque coincide con el mundo que observamos, donde las cosas tienden regularmente a los mismos fines. Admite que se observan regularidades y que se puede postular algo en la naturaleza que está orientado en una dirección, ya sea en las propias cosas o en algo externo que les da su dirección. Sin embargo, postular que por ello debe haber una inteligencia es otra discusión.

Refutación de la Objeción

Jonathan responde a la objeción de Aristarcus sobre la falta de armonía en los fines. Argumenta que, aunque no hay armonía en los medios, sí la hay en los fines. El fin de la gacela y el león es el mismo: sobrevivir. El león persigue a la gacela para sobrevivir, y la gacela corre del león para sobrevivir. Lo que cambia es el medio para conseguir ese fin, pero en el fin hay una unidad. Por lo tanto, en el mismo ejemplo de Aristarcus, se refuta su propia objeción.

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