Breve Resumen
El video explora la influencia de la Ilustración y la Revolución Francesa en la Nueva Granada a finales del siglo XVIII, centrándose en cómo las ideas de libertad, igualdad y fraternidad resonaron entre las élites criollas y cómo figuras como Antonio Nariño jugaron un papel crucial en la difusión de estas ideas. Se examinan las reacciones de las autoridades coloniales, el auge de las tertulias literarias y la represión de movimientos considerados subversivos, destacando la complejidad y las contradicciones de este período de transición hacia la independencia.
- La Ilustración como motor de cambio en la Nueva Granada.
- El papel de Antonio Nariño y la traducción de los Derechos del Hombre.
- La represión colonial y las consecuencias para los implicados.
Introducción
A finales del siglo XVIII, los ideales de la Revolución Francesa, "Libertad, igualdad y fraternidad", desafiaron las estructuras de poder de los imperios europeos y sus colonias. En la Nueva Granada, estas ideas influyeron en figuras de la élite como Antonio Nariño, quien se convirtió en uno de los primeros en promover los principios que fundamentarían la independencia colombiana. El video analiza cómo estas ideas se propagaron en un contexto colonial en crisis, las reacciones que generaron y cómo moldearon la revolución posterior.
Parte 1: La ilustración en la Nueva Granada
La Ilustración fue un movimiento intelectual y político que promovió el conocimiento y la razón como medios para alcanzar el progreso y la felicidad. Inicialmente, las élites aristocráticas acogieron estas ideas, lo que llevó al "despotismo ilustrado". En la Nueva Granada, la monarquía borbónica implementó reformas inspiradas en la Ilustración, buscando centralizar el poder y modernizar el Estado. Surgió una élite ilustrada que aspiraba a transformar la sociedad, aunque se distanciaba de las clases populares, consideradas ignorantes. El gobierno colonial apoyó iniciativas ilustradas, como la reforma del sistema educativo, criticando el método escolástico tradicional. Familias adineradas también buscaron impartir una educación ilustrada a sus hijos, lo que aumentó el número de estudiantes en colegios mayores como el de San Bartolomé y el del Rosario. Esta nueva generación se interesó por las ciencias naturales y la filosofía, participando en iniciativas como la Expedición Botánica y creando bibliotecas personales. La imprenta y la Biblioteca Pública de Santafé jugaron un papel crucial en la difusión de las ideas ilustradas, fomentando tertulias literarias donde se discutían estas ideas.
Parte 2: La conspiración de los "Derechos del hombre"
La relación entre las élites y las autoridades coloniales se deterioró a finales del siglo XVIII debido al temor al "espíritu filosófico" y a eventos como la rebelión de los comuneros, la rebelión de Túpac Amaru y la Revolución Francesa. Las tertulias literarias se convirtieron en espacios de discusión de ideas revolucionarias, lo que generó desconfianza en las autoridades, que incluso enviaban espías. En 1794, Antonio Nariño, un miembro de la élite ilustrada, tradujo e imprimió la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, lo que provocó una crisis. A pesar de intentar recoger y destruir los ejemplares, Nariño fue denunciado y acusado de conspiración. El virrey José de Ezpeleta inicialmente restó importancia al asunto, pero las autoridades tomaron medidas enérgicas. Nariño fue arrestado, juzgado y condenado a prisión, junto con otros implicados como Sinforoso Mutis y Francisco Antonio Zea.
Parte 3: Las consecuencias
Antonio Nariño logró escapar de prisión en España y regresó a la Nueva Granada, donde continuó involucrado en el proceso de independencia. Otros compañeros apresados fueron liberados y también participaron en la independencia. Si bien la Ilustración influyó en la independencia, también existieron otras ideologías, como el tomismo y el pensamiento jurídico barroco, que rechazaban el absolutismo borbónico. A pesar de ser un movimiento elitista y reprimido, la Ilustración y los derechos del hombre tuvieron un impacto significativo en la sociedad colonial, inspirando a muchos a soñar con un mundo mejor.
