Breve Resumen
Este video explora la figura de Sofía en el gnosticismo, destacando su papel en la creación del mundo material y su relación con el demiurgo, Yaldabaoth. Se explica cómo Sofía, un eón de sabiduría, intentó emular al Padre creando una descendencia sin consorte, lo que resultó en la creación de una criatura imperfecta. El video también aborda el arrepentimiento de Sofía y su búsqueda de redención, así como su papel dual como agente de esclavitud y sabiduría sagrada.
- Sofía es un eón importante en el gnosticismo, responsable indirecta de la creación del mundo material.
- Su intento de crear sin la aprobación del Padre resultó en el nacimiento del demiurgo Yaldabaoth.
- Sofía se arrepintió de su creación y buscó la redención, siendo vista tanto como agente de esclavitud como sabiduría sagrada.
Introducción a Sofía y el Gnosticismo
El video introduce el concepto de Sofía dentro del gnosticismo, remitiendo a videos anteriores que explican quién creó el mundo, la Fuente Sofía y la identidad del demiurgo. Se explica que en la antigüedad existía el Uno, la mónada o pleroma, que se desbordaba en emanaciones llamadas eones, cada uno una inteligencia eterna. Según el gnosticismo valentiniano, el pleroma proyectó 30 eones, arquetipos celestiales que representan 15 sizigias o pares complementarios, entre ellos Sofía, que significa sabiduría.
La Caída de Sofía y la Creación del Mundo
La curiosidad y pasión de Sofía llevaron a la caída del pleroma y a la creación del mundo y del hombre, ambos con defectos. Sofía es vista como el eón más importante después de Cristo, ya que puso en marcha la creación del mundo material. A menudo se la asocia con otros nombres como Pistis (fe), y ambos nombres se utilizan juntos en textos gnósticos como la "Hipóstasis de los Arcontes". Se aclara que Sofía no debe confundirse con Barbelo, la madre perfecta, siendo Sofía el pensamiento posterior y Barbelo el pensamiento anterior.
El Intento de Sofía de Emular al Padre y el Nacimiento de Yaldabaoth
Sofía, impulsada por su orgullo, intentó emular al Espíritu invisible, el Padre, creando una imagen de sí misma sin consorte ni la aprobación del Padre. Aunque tenía el poder para hacerlo, no era tan perfecta como el Gran Espíritu o los eones Barbelo y el Autógenes. El resultado fue una criatura imperfecta, una serpiente con rostro de león y ojos de fuego, a quien llamó Yaldabaoth. Avergonzada, Sofía escondió a su hijo fuera del pleroma, dentro de una nube espesa.
Referencias en los Evangelios Gnósticos
Se menciona que esta información se encuentra en los evangelios apócrifos o gnósticos, no aprobados por la iglesia oficial. Se citan pasajes del Evangelio gnóstico de Juan que describen cómo la Fuente se contempla a sí misma y cómo comienzan las emanaciones, incluyendo a Barbelo como el pensamiento anterior y a Sofía como el pensamiento posterior.
La Idea de Sofía y el Resultado Imperfecto
Se detalla la idea de Sofía de dar a luz a un ser como ella misma sin el permiso del Espíritu ni de su par masculino. A diferencia de los otros eones que formaban pares masculino-femenino, Sofía, siendo de energía femenina, creó sin la intervención de su complemento masculino. Esto resultó en el nacimiento de Yaldabaoth, el demiurgo de los gnósticos.
La Confrontación con Yaldabaoth y el Arrepentimiento de Sofía
Se cita un fragmento del texto "Hipóstasis de los Arcontes" donde Yaldabaoth exige que se haga visible cualquier cosa anterior a él, y Sofía se manifiesta. Sin embargo, Yaldabaoth, en su ignorancia, no reconoce de dónde viene. El texto también menciona que Sofía reprende a Yaldabaoth, llamándolo Samael y diciéndole que está equivocado. Los gnósticos creían que esta voz que corregía al demiurgo era su madre, Sofía. Cuando Yaldabaoth se proclama el Dios absoluto, Sofía se arrepiente de lo que había engendrado y ora a su padre por liberación y la restauración del poder que su hijo le había robado.
El Papel Dual de Sofía
En el evangelio gnóstico de la Pistis Sofía, Sofía juega dos papeles opuestos: por un lado, es la agente de la esclavitud al engendrar a Yaldabaoth, y por otro, es la redentora o sabiduría sagrada.

