Breve Resumen
Este resumen aborda el segundo capítulo de la encíclica Laudato Si' del Papa Francisco, titulado "El Evangelio de la Creación". El capítulo explora la relación entre la fe y la ecología, destacando la importancia de la sabiduría bíblica, el misterio del universo, el mensaje de cada criatura, la comunión universal, el destino común de los bienes y la perspectiva de Jesús sobre la creación.
- La fe cristiana impulsa a alabar a Dios y cuidar la naturaleza.
- La dignidad humana y la justicia son inseparables del cuidado de la creación.
- El amor y la preocupación por el ambiente deben unirse al compromiso con los problemas sociales.
Introducción: El Evangelio de la Creación
El segundo capítulo de la encíclica Laudato Si', titulado "El Evangelio de la Creación", se dirige tanto a creyentes como a no creyentes, buscando construir una ecología que permita sanar la destrucción causada al planeta. El Papa Francisco incluye este capítulo para destacar las convicciones creyentes en la protección del medio ambiente.
La Luz que Ofrece la Fe
Este apartado subraya que ninguna ciencia o sabiduría debe ser ignorada en la construcción de una ecología integral. Alabar a Dios y cuidar la naturaleza son parte fundamental de la fe cristiana.
La Sabiduría de los Relatos Bíblicos
Francisco recuerda que cada ser humano es creado por amor, a imagen y semejanza de Dios, lo que resalta la dignidad de cada persona. La existencia humana se basa en la relación con Dios, el prójimo y la tierra. La ruptura de estas relaciones, manifestada en guerras, violencia y maltrato, es el pecado. El ser humano no debe tratar la creación como posesión propia, sino cuidarla junto con la relación con el prójimo. La justicia y la fidelidad son esenciales para la vida en la tierra.
El Misterio del Universo
La tradición judeocristiana desmitifica la divinización de la naturaleza. Reconocer el valor y la fragilidad de la naturaleza permite superar el mito del progreso material ilimitado. La fe ayuda a interpretar el sentido y la belleza del universo, considerando al ser humano como un sujeto y no como un objeto de dominio. La visión del más fuerte genera desigualdades e injusticias, contraria a las enseñanzas de Jesús.
El Mensaje de Cada Criatura en la Armonía de Todo lo Creado
Dios ha escrito un libro precioso cuyas letras son las criaturas del universo. El ser humano se reconoce en la relación con las demás criaturas, que dependen unas de otras para complementarse. El Papa cita el himno de San Francisco de Asís, "Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas", destacando cómo la presencia de Dios en la naturaleza estimula virtudes ecológicas.
Una Comunión Universal
La conexión entre los seres humanos y el mundo es tan estrecha que la desertificación del suelo se siente como una enfermedad personal, y la extinción de una especie como una mutilación. Defender a los animales y la naturaleza debe ir de la mano con la lucha contra las desigualdades humanas. Es incoherente luchar contra el tráfico de animales en peligro de extinción y permanecer indiferente ante la trata de personas. Se requiere un amor sincero hacia los seres humanos y un compromiso constante con los problemas sociales.
El Destino Común de los Bienes
Todo planteamiento ecológico debe incorporar una perspectiva social que considere los derechos fundamentales de los más abandonados. El Papa explica aspectos de la doctrina social de la Iglesia relacionados con la propiedad privada, donde ricos y pobres tienen igual dignidad, y la propiedad se administra en bien de todos. Se plantea la pregunta sobre cómo el consumo excesivo de recursos por una parte de la población mundial roba a las naciones pobres y a las futuras generaciones lo necesario para sobrevivir.
La Mirada de Jesús
Este apartado integra todo lo anterior desde la perspectiva de Jesús, quien valoraba cada criatura y vivía en armonía con la creación. Jesús santificó el trabajo y le otorgó un valor para la maduración humana. Después de la resurrección, Jesús impregna con su luz toda la creación.
