¿Por qué en general, los artistas son progres?

¿Por qué en general, los artistas son progres?

Breve Resumen

El video explora la concepción del arte desde la perspectiva griega antigua (mímesis) hasta la modernidad, contrastando la imitación del orden natural divino con la subversión de este orden. Se argumenta que el arte moderno, influenciado por la filosofía moderna y la masonería, a menudo busca crear un nuevo orden, lo que implica una subversión de los valores y la moral tradicionales. El autor expresa su preocupación por la corrupción del arte contemporáneo y su impacto en la sociedad, argumentando que este arte a menudo promueve disvalores y una visión diabólica del mundo.

  • El arte griego antiguo se basaba en la mímesis, la imitación del orden natural y la participación en el acto creador de Dios.
  • La modernidad se enfoca en la poyesis, la creación de un nuevo orden, lo que implica una subversión del orden natural.
  • El arte moderno, influenciado por la filosofía moderna y la masonería, a menudo busca corromper los valores y la moral tradicionales.

Introducción al Arte y la Mímesis

El autor introduce el concepto de arte griego, la "tecné", basada en la mímesis, que implica una producción que imita bellamente la naturaleza. La belleza se define como la cohesión interna del orden en el ente, inteligible a través del logos. Crear una realidad que replica el orden de la creación es un acto bello, ya que participa del acto creador de Dios. Un arte que pervierte el orden natural no se considera bello ni artístico. La mímesis implica participar en el acto creador de Dios, prolongándolo al crear una realidad a partir de un orden preestablecido. El artista, en este sentido, crea imitando el orden divino, haciendo que el arte sea bello cuando es ordenado y participa en el orden natural de la creación.

La Ruptura Moderna con la Mímesis

La modernidad se ha centrado en el aspecto poyético del arte, la creatividad, dejando de lado el aspecto mimético, la imitación y participación en la creación divina. Esto lleva al artista a creer que crea de la nada y que su rol es revolucionario, subvirtiendo el orden natural. Para el filósofo moderno, el verdadero artista no imita un orden preestablecido, sino que crea uno nuevo. El arte, entonces, tiene un aspecto servil (someterse al orden) y uno divino (crear). El arte moderno, al no subordinarse al orden natural, busca suplantar a Dios, perdiendo la mímesis y enfocándose en la poyesis, creando un nuevo orden revolucionario.

El Arte como Proyección de la Metafísica

El autor explica que el arte no es fundamental en sí mismo, sino una proyección de la metafísica. Primero se conoce la realidad a través de la metafísica, y luego el arte proyecta esa realidad de manera bella, imitando y sublimando el acto creador de Dios. Mientras que la Grecia antigua integraba la mímesis (aspecto objetivo) y la poyesis (aspecto subjetivo), los modernos, desde Kant, se han enfocado solo en el juicio creativo, el genio que crea un nuevo orden. Esta idea se refleja en la tesis de Marx de transformar el mundo, donde el arte subvierte el orden natural por un orden cultural, desligándose de la naturaleza.

La Subversión del Orden Natural en el Arte Moderno

Los artistas modernos, con un espíritu libre, se creen creadores de un nuevo orden, subvirtiendo lo normal, evidente y natural. Como cristianos, el autor argumenta que no se debe subvertir el orden natural, que es la voluntad de Dios, sino someterse a él y sublimarlo. Los artistas autónomos, al crear de la nada y subvertir el orden establecido, crean un nuevo orden que corrompe y altera la lógica natural. Crear orden es propio de Dios, mientras que el hombre actúa ordenadamente al someterse al orden divino. La filosofía moderna, la masonería y el progresismo comparten la idea de que la libertad consiste en crear un nuevo orden, actuando al margen de lo establecido por Dios.

El Arte Moderno como Pecado y Corrupción

El autor afirma que el arte moderno consiste en el pecado, en subvertir el orden de Dios. Si Dios establece un orden, el arte moderno propone otro, como se ejemplifica en el mayo francés con la idea de "la imaginación al poder". El arte corrompe la moral, los valores y las intuiciones naturales, como la concepción tradicional de los roles de género. El autor lamenta la proclividad de los artistas a ser progresistas, influenciados por una concepción del arte que prima en Occidente. Se debe recuperar el aspecto mimético del arte para sublimar el acto creador de Dios, ya que el arte actual corrompe el espíritu humano al promover lo grotesco y desagradable.

El Arte Diabólico y la Subversión Masónica

El autor describe el arte moderno como diabólico, ya que corrompe el orden, la armonía y lo sublime, promoviendo lo grotesco y el cinismo. El artista moderno busca pervertir las costumbres y el orden establecido, violando los usos y costumbres. Para ser artista, se debe corromper algo, ya sea la imagen de Jesús, la familia o la sexualidad. El autor critica ejemplos de arte contemporáneo que considera grotescos y subversivos, como la representación de la sexualidad femenina de manera vulgar. El artista moderno subvierte los mandamientos de Dios, buscando romper con el orden establecido y revolucionar la moral.

Reflexiones Finales sobre la Corrupción del Arte

El autor concluye reflexionando sobre la corrupción del arte y su desesperación al verla. Llama a los artistas modernos "masones pasivos" que imitan el acto masón de subvertir el acto creador de Dios. La filosofía moderna, con su núcleo espiritual basado en la subversión, se proyecta en el arte, la política y la música. El autor menciona la música atonal de la revolución rusa como un ejemplo de subversión de las intuiciones naturales. Expresa su sufrimiento al ver la corrupción en el mundo y en sí mismo, deseando no ser consciente de ella. Reconoce que la ignorancia puede ser una forma de evitar el sufrimiento que produce ver la realidad "rota".

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