Resumen Breve
El video explora la historia del desarrollo de la energía nuclear en Argentina, desde sus inicios con el interés de Perón y los esfuerzos de científicos como Gaviola y Richter, hasta la consolidación de la CONEA y la construcción de reactores como el RA-1 y el RA-3. Se destaca la búsqueda de independencia tecnológica, la producción de radioisótopos y la controversia internacional en torno al uso pacífico de la energía nuclear.
- El programa nuclear argentino se inició en la década de 1940, impulsado por el interés de Juan Domingo Perón.
- Científicos como Enrique Gaviola y Ronald Richter jugaron roles importantes en las primeras etapas.
- La Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) se creó en 1950 y se consolidó como un centro de investigación y desarrollo.
- Argentina construyó sus propios reactores de investigación, como el RA-1 y el RA-3, y produjo radioisótopos para uso médico e industrial.
- El país se enfrentó a la presión internacional para adherirse al Tratado de No Proliferación Nuclear, pero defendió su derecho al desarrollo nuclear independiente.
Introducción: La Ciencia Argentina como Territorio de Oportunidades
El video presenta la ciencia argentina como una fuente inagotable de oportunidades y un territorio fértil para el desarrollo. Contrario a la creencia popular de que la ciencia es un campo aislado, el video argumenta que está presente en la vida cotidiana y que Argentina tiene un gran potencial en este ámbito. El objetivo principal es demostrar que el país es un "territorio de ciencia".
Los Inicios: El Interés de Perón y el Proyecto Manhattan
Tras la Segunda Guerra Mundial y el Proyecto Manhattan, el mundo se adentró en la era nuclear. En Argentina, el gobierno de Juan Domingo Perón protegió los yacimientos de uranio y el físico Enrique Gaviola propuso un proyecto para desarrollar el área nuclear. Gaviola, tras leer el informe Smith sobre la bomba atómica, elaboró un diseño y sugirió atraer científicos europeos a Argentina, aprovechando la difícil situación en Europa para convertir al país en un centro científico.
Ronald Richter y el Proyecto Huemul
El desarrollo de la energía atómica en Argentina comenzó con Ronald Richter, un físico austríaco que convenció a Perón de que podía producir energía nuclear por un medio alternativo. En 1950, se creó la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) y se inició el proyecto Huemul en la isla Buen Evita, destinado a la investigación de la fusión nuclear. Sin embargo, la falta de resultados concretos llevó a una investigación que reveló irregularidades y la cancelación del proyecto.
Consolidación del Programa Nuclear Argentino
Tras el fracaso del proyecto Huemul, el área nuclear pasó a depender de la marina, con el capitán Pedro Iraola Goitía a cargo. Se consolidaron áreas clave para el desarrollo nuclear y se comenzaron a producir radioisótopos en el país. La presencia de Selmaner, un radioquímico alumno de Otohan, fue fundamental para establecer la base de la producción de radioisótopos.
Cooperación Internacional y el Programa "Átomos para la Paz"
En 1955, Argentina firmó un tratado de cooperación bilateral con Estados Unidos como parte del programa "Átomos para la Paz". Esta estrategia buscaba instalar la industria nuclear norteamericana en países periféricos, convirtiendo a Estados Unidos en el único proveedor de uranio enriquecido. Esto generó una controversia sobre la dependencia y el control en el desarrollo nuclear.
La CONEA bajo la Dirección de Kilialt y el Reactor RA-1
Tras el golpe militar de 1955, el capitán Oscar Kilialt asumió la dirección de la CONEA, asegurando la continuidad del programa nuclear hasta 1973. Bajo su dirección, la CONEA se vinculó con universidades y hospitales, y se construyó el reactor RA-1, el primer reactor nuclear de investigación en América Latina, que se puso en marcha en 1958.
Desarrollo de Tecnología y el Reactor RA-3
A fines de los años 50, se logró desarrollar la tecnología para fabricar los elementos combustibles del RA-1, liderado por Jorge Sábato. Este conocimiento fue vendido a una empresa alemana, marcando la primera exportación argentina de ingeniería nuclear. En los años 60, se construyeron otros reactores de investigación, siendo el más importante el RA-3, diseñado y construido íntegramente en Argentina para la producción de radioisótopos de uso medicinal.
El Tratado de No Proliferación Nuclear y la Central Nuclear Atucha I
En 1968, se presentó el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, que buscaba limitar el desarrollo nuclear a los países que ya poseían armamento atómico. Argentina se abstuvo de firmar el tratado, defendiendo su derecho al desarrollo nuclear independiente. En 1968, se firmó un contrato con la empresa alemana Crafford Union para la construcción de la primera central de potencia de América Latina, Atucha I, que se inauguró en 1974.
Desafíos y Continuidad durante el Proceso de Reorganización Nacional
Con el golpe de estado de 1976, la CONEA no estuvo al margen del terrorismo de estado. Sin embargo, el programa nuclear argentino mantuvo su orientación pacífica y recibió un impulso inédito durante este período.

